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CARLITOS, ¿POR QUÉ?

  • Por Andrés Scarola (@AndyScarola)
  • 16 jun 2017
  • 4 Min. de lectura

NOTA DE OPINIÓN


¿Por qué? Esa pregunta taladró la cabeza de los hinchas de Boca durante todo el día de ayer. ¿Por qué esas palabras? ¿Por qué contra Román? ¿Por qué a favor de Angelici? ¿Por qué en la semana previa a una posible coronación? Todo muy desafortunado, un hincha decepcionado, y una imagen popular que, por más que duela, desciende cada vez más.



En China, en Shanghái más precisamente, a miles y miles de kilómetros de La Bombonera, Carlos Tevez decide finalmente romper el silencio con la prensa argentina tras 6 meses. La primicia la tiene un programa de televisión de multitudinario público, con periodistas que quizás no son del agrado del 100% de la afición xeneize. No importa. El hincha prende la tele y se planta a escuchar, de una vez por todas, la voz del último gran ídolo que pasó por el club. ¿Si el programa es “anti Boca” (cómo muchos suelen llamar a quienes critican el equipo de la Ribera)? Tampoco importa. Hacía un ratito nada más que Guillermo Barros Schelotto había declarado en conferencia de prensa que mantenía contacto seguido con “el Apache”. El jugador número 12 sin dudas se sentó frente a la pantalla, con los ojos y los oídos bien abiertos, anhelando ver salir de la boca del 10: “Voy a volver”. Eso no pasó, y nadie se imaginó lo que iba a suceder.


A los 24’ minutos de la entrevista, uno de los panelistas del programa decide preguntarle a Tevez, luego de simular “no querer hacer esa pregunta”, si le habían molestado las declaraciones de Juan Román Riquelme. Si, Juan Román Riquelme. El máximo ídolo del club. El jugador más amado por el hincha de Boca. El jugador que contrarresta con la cara de la actual dirigencia. El mismo que elige salir a hablar con la competencia del canal en donde está saliendo Carlitos. El mismo que supo dejar expuesto a un periodista. El mismo periodista que Carlitos tiene sentado a su lado cuando escucha la pregunta. Tevez dispara contra Riquelme. Le molestaron las veces que “el último 10” salió a halagar el juego de River, y criticar el de Boca. Pero, ¿es necesario traer el tema justo cuando Boca está por salir campeón? ¿Qué pasó con el Tevez que confesó todas las cosas que Román hizo por él? ¿Pero por eso tiene prohibido criticarlo? Por supuesto que no, pero fue el mismo Tevez el que sostuvo que cuando tenga que hablar algo con Román lo haría personalmente y no delante de las cámaras. “El Apache” fue esclavo de sus palabras, otra vez.



La entrevista continuó. Tocaron otros temas durante casi una hora más; su vida en China, la selección argentina, Centurión. Vive tranquilo, sale a andar en bici con sus hijos, le gusta Sampaoli, y el actual 10 de Boca le parece un gran jugador. El zócalo del programa televisivo parece que se trabó. Continuamente vuelve a repetir las declaraciones contra Riquelme. El eje del rating es claro. Los medios lo levantan en las redes sociales, el que recién prende el televisor ya conoce “el cruce entre ídolos”, y los oportunistas abren el debate: “¿Tevez o Riquelme?”. Se abre el interrogante entre los hinchas. Boca se quiebra en una grieta sin sentido, sin razón. Todo tuvo su fin. Hinchas, ex jugadores, famosos, futbolistas del plantel actual, todos hablan –o manifiestan su postura sin hablar- sobre las declaraciones del Apache. “Traidor”, “garca”, “mercenario”, y cataratas de insultos, no hacen más que desviar el foco de la semana: Boca debe ganar para logar un nuevo campeonato. El circo se montó en ese programa durante más de una hora y media, y Carlos Tevez fue el payaso de la política y los intereses.


Continuó hablando, y a la vuelta de una pausa, el conductor del programa retoma el tema. Carlitos reafirma sus palabras y los productores aprovechan para cambiar alguna que otra palabra de los zócalos repetidos anteriormente. Continúa la charla, y se toca otro tema sensible: La Bombonera. La postura de Tevez no hace más que convencer a todos los que se disponen a analizar la entrevista, que sus palabras van de la mano. ¿Tiene un discurso armado? Sólo lo sabrá él, aunque lo que es imposible de negar es que es alineado -casual o causalmente- con el actual presidente del club Daniel Angelici; su “amigo” y quien lo llevó a Boca en 2015. Su postura a favor de un nuevo estadio termina de reventar los termómetros de los hinchas de Boca, que terminan por decepcionarse al frente a la tele, al celular, o lo que sea.


¿Tevez fue un títere de Angelici que no hizo más que reproducir un discurso oficial? ¿La entrevista estaba “armada”? ¿Por qué el panelista fanático de Riquelme ni se mosqueó con las declaraciones de Carlitos? ¿No es más que un movimiento político? Todo es incomprobable, y como comunicador no debo afirmar ninguna de estas hipótesis. Lo cierto es que Carlitos lastimó con sus palabras al hinchas de Boca. A mí también me lastimó. ¿Continúa siendo el jugador del pueblo, o ya no es el mismo? La herida de su partida en silencio al fútbol chino todavía sangra, y él mismo volvió a meter el dedo. El fantasma de “la plata no compra la felicidad”, sigue siendo una pesadilla para quienes soñaron (soñamos) más de una vez la séptima en sus brazos. Aunque en el fondo, cada uno de nosotros sabemos que esa luz de esperanza continúa titilando. No correspondía hablar ahora. No de esa manera. La imagen de Tevez en La Boca cayó abruptamente hasta en quienes hicieron vista gorda a su ida en pleno torneo. El amor por un ídolo perdona muchas, pero Juan Román Riquelme en la mayor parte de “la mitad más uno”, es palabra santa. ¿Volverá Carlitos? ¿Se arreglará con Riquelme? ¿Levantará la séptima? Son preguntas sin respuesta. Pero la única respuesta que se vio en el mundo Boca, es que Román no se toca.

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